lunes, 22 de noviembre de 2010

Sabiduría de las botellas de Coca Cola


Debemos estar presentes de forma transparente, como botella de Coca Cola. La presencia transparente de este tipo nos permite hacer todas las actividades indeseables que tenemos que hacer el día de hoy sin tener que sufrirlas: manejar dentro de un embotellamiento, terminar el reporte u hoja de cálculo, saludar a los que detestamos en el trabajo, llevar a los niños a la escuela, etc. ¿Por qué? Porque estamos vacíos de deseos y aversiones que estorban.

En una presencia transparente no hay aversión al embotellamiento, reporte, gente detestable o a ser un padre responsable. Es transparente, no hay nada que estorbe.

Pero también es presente. Por lo mismo esta transparencia puede manejar (sin problema alguno) en los embotellamientos, terminar los reportes, convivir con los vecinos molestos de la oficina, o llevar tranquilamente a la escuela a los niños.

En verdad podemos estar aquí como espacio vacío. Vacío de aversiones y deseos que estorban.

Pero cuidado: hay aversiones o deseos que no estorban. Al contrario, benefician.

Si no frenamos a tiempo, chocaremos con el auto frente a nosotros.
Si no luchamos contra la pereza, el trabajo de oficina se acumulará y pronto estaremos en problemas.
Si anhelamos un ambiente de trabajo amigable, tal vez ello nos permita ser abiertos con los demás.
Si deseamos que nuestros hijos tengan una educación, puede que llevarlos a la escuela no sea una monserga.

Este tipo de deseos y aversiones son propios de la presencia transparente, es decir, son deseos y aversiones que lubrican el movimiento del tiempo y el espacio: no estorban, no necean, no nos hacen sufrir, ni nos atoran. Son deseos y aversiones transparentes.

Nos impulsan a movernos como nos debemos mover: con balance, presencia, elegancia, fluidez y transparencia.

Como decía Bruce Lee: ser como el agua. Es como ser éter o espacio transparente. Pero en realidad es como ser una botella vacía de Coca Cola ya que no tenemos que deshacernos de nuestro cuerpo, identidad o nombre.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El sendero del escéptico


"Sí, Kalamas, es apropiado que duden, que posean incertidumbre, ya que una duda surge de lo que se considera de origen dudoso. Ahora, Kalamas, no se dejen llevar por sólo informes, o tradición o rumores. No se dejen llevar por la autoridad de textos religiosos, ni por mera lógica o inferencia, ni por las apariencias, ni por el deleite de las opiniones especulativas, ni por posibilidades aparentes, ni por la idea: 'él es nuestro maestro'. ¡Kalamas! Cuando constaten ustedes mismos que ciertas cosas son nocivas (akusala), equivocadas, malas, entonces renuncien a estas... Y cuando constaten ustedes mismos que ciertas cosas son saludables (kusala) y buenas, acéptenlas y síganlas."

- El Buda Gautama

En cierto sentido, fui afortunado porque crecí en una familia que no me obligó a someterme a una religión. Gracias a esa libertad, pude dudar de forma saludable hasta constatar verdades espirituales que no requieren creencia o evidencia externa.

- Dudé todo lo que percibí con mis sentidos
- Exploré todo lo que discerní con mis sentidos
- Constaté lo inconmensurable

Especialmente, dudé de mi mente y su "inteligencia". Lo sigo haciendo. Para mí, no hay mejor forma de discernir la verdad sobre la realidad fenoménica.