miércoles, 23 de diciembre de 2009

Desinfectante anímico

Aprender a meditar es más que aprender a poner atención. Es más que percibir la impermanencia de las cosas, más que calmar el cuerpo y la mente. Todo lo anterior efectivamente pertenece al suceso que llamamos meditación. Pero meditar también significa borrar del mapa la barrera entre nuestra consciencia y las emociones indeseables. Meditar es un acto de valentía genuina, es una declaración de apertura y ausencia de miedo. No tiene nada que ver con flores, ni con viajes fantásticos, ni con refugios ilusorios en el bosque, monasterios, habitaciones o iglesias. Claro, cada uno de esos lugares tiene su debida razón de ser, pero la meditación no queda confinada a un lugar. La meditación no tiene lugar (y ya que estamos en estas, no tiene tiempo).

La meditación nada tiene que ver con espacios reducidos, definiciones estrictas u opiniones absolutas. Es una entrega de todo al todo (hasta de nuestras ganas de entregarlo todo). Es unión con el universo entero sin mistificaciones, fantasías, fanatismos o dogmas. Es la forma más sincera y honesta en la que podemos ser y estar.

Una genuina expansión de consciencia implica poner el reflector sobre todo lo que queremos esconder. Iluminación espiritual significa encender la luz en los lugares que hemos tenido bajo llave y permitir que dicha luz consuma todo lo que desea permanecer deshonesto. Para ello meditamos, para encender la luz en todas las habitaciones del reino sin paredes.

Para lograr esto, debemos aprender a abrir el corazón.
Para abrir el corazón debemos dejar de temer.
Para dejar de temer debemos abrir todas las ventanas y puertas.
Para abrir todas las ventanas y puertas debemos tomar esa decisión.
Para tomar esa decisión debemos estar hartos de sufrir.
Para estar hartos de sufrir debemos abrir los ojos y darnos cuenta de que estamos sufriendo.
Para darnos cuenta debemos prestar atención a nuestro cuerpo y mente.
Para prestar atención debemos dejar de escapar del cuerpo y mente.
Para dejar de escapar debemos renunciar a las tentaciones de escapar.
Para renunciar a las tentaciones de escapar debemos estar conscientes de ellas
Para estar conscientes de ellas debemos descubrirlas.
Para descubrirlas debemos querer descubrirlas.
Para querer descubrirlas debemos renunciar a la ignorancia.
Para renunciar a la ignorancia debemos tener el valor ver lo que no queremos ver.
Para tener el valor de ver lo que no queremos ver, debemos ser valientes de forma genuina.
Para ser valientes de forma genuina, debemos abrirnos a sentir lo que no queremos sentir.
Para abrirnos a sentir lo que no queremos sentir, debemos aprender a abrirnos.
Para aprender a abrirnos, debemos aprender a soltar.
Para aprender a soltar debemos aprender a regalarlo todo.
Para aprender a regalarlo todo, debemos dejar de ser posesivos.
Para dejar de ser posesivos, debemos ser desapegados.
Para ser desapegados, debemos descubrir nuestros apegos.
Para descubrir nuestros apegos, debemos encender la luz en todas las habitaciones.
Para encender la luz en todas las habitaciones, debemos aprender a meditar.

La meditación no es un escape más de la realidad, la meditación es un sendero que pocos se atreven a recorrer. En la meditación se sacan todas las espinas y, por lo mismo, eso significa que dolerá. En meditación abrimos todas las heridas infectadas y, como dice mi novia, les aplicamos Merthiolate, dejamos que cicatricen y vivimos el resto de nuestras vidas sin protuberancias sensibles e incómodas.

¿Still interested?

Si es así, sigue leyendo este blog. En los siguientes posts hablaremos sobre cómo meditar de forma genuina, con el corazón abierto, con antisépticos naturales y sin autoengaños.

PD: digo "hablaremos" por que pronto habrá escritores invitados =D
PD2: Esto de desinfectar también se le llama purificación (algo que el "revoltoso" que aparece en la foto llevaba a cabo en ese momento).

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Adicciones universales


Se supone que este blog trata sobre cosas como "expansión de consciencia", "mindfulness" y conceptos similares. Pero se saldrá de esa temática si me vuelvo selectivo y sólo hablo de mi love affair con los sutras, técnicas de meditación y la insistencia en vivir en el ahora o vacío. Entonces, para evitar que eso suceda, ahí les va una lista de costumbres nocivas que, por más que pasa el tiempo, no pasan de moda (y nos encadenan). Además, nos hace bien voltear al espejo de vez en cuando para librarnos de los grilletes.

1. Agredir para que... ejem, ¿nos dejen de agredir?
Es el típico caso de Israel y Palestina. No tiene fin (a menos de que a alguien le caiga la cordura). Vivimos regidos por este patrón. Nadie está dispuesto a ceder y menos si eso implica ser un "perdedor", "cometedor de errores", "pedidor de disculpas", "humillado", "equivocado", "idiota" o cualquier otra cosa negativa que uno piense de uno mismo al admitir las fallas propias. Ah, y antes de que se me olvide: agredir, amigos, no es marcar límites. Agredir sólo tiene un objetivo: destruir. Marcar límites es hablar cuando no estamos de acuerdo con algo.
Efectos secundarios: deterioro de relaciones interpersonales, adicción, culpa, dolor, daño físico.
Medicinas: Asertividad, paciencia genuina, ecuanimidad genuina

2. Callar para evitar problemas
Nunca se ha solucionado un conflicto sin hablar (a menos de que los involucrados tengan telepatía) pero, a pesar de que dentro de nosotros no estamos de acuerdo, seguimos sin abrir la boca. Preferimos que todo siga igual a tener que marcar límites. Optamos por no darnos nuestro lugar cuando nos hablan con desprecio. Decidimos tragarnos el dolor a comunicarle a la gente que nos lastiman, pisan, humillan, etc. Pero, ¿cómo se darán cuenta de que nos agreden si no se lo comunicamos? ¿En verdad creen que la gente es 100% consciente del daño que causa, al estar dentro del huracán de ira? ¿Acaso los agresores tienen una habilidad para sentir nuestro dolor emocional en el momento en el que están poseidos por su rabia irracional?
Efectos secundarios: culpa, odio, depresión, baja autoestima, represión, daño físico.
Medicinas: dignidad genuina, fe en uno mismo

3. Esconder nuestros "defectos"
Hay miles de formas de hacer esto. Con ira vestida de "justicia"; con indiferencia disfrazada de "ecuanimidad" y "paciencia"; con arrogancia con cara de "dignidad"; con "humor" compulsivo que entierra mucho dolor; con codependencia que pretenden ser "bondad", "altruismo" o "compasión"; con respuestas que aspiran a mostrar "cultura", "conocimiento" o "astucia" pero que sólo demuestran que no sabemos de lo que hablamos; con "enterezas" que encubren ruinas emocionales... ¿sigo? Admitir nuestras imperfecciones nos engrandece y humaniza. Una vez más: admitir nuestas imperfecciones nos engrandece y humaniza. Todo teatro está sujeto a caer tarde o temprano.
Efectos secundarios: angustia, estrés, miedo a ser descubiertos, ira, dolor, depresión.
Medicinas: mente despierta, humildad

4. Señalar los "defectos" de forma obsesiva
Esto puede ser en silencio o en voz alta. Lo que en realidad hacemos al hablar obsesivamente de los "errores" de las personas, es mantener nuestro perfeccionismo ilusorio. Y así transcurre nuestra vida. Así muere mucha gente. Este hábito entra también en la categoría anterior: Es una actividad que tiene como objetivo crear una fachada.
Efectos secundarios: amargura, mal humor, coraje, narcicismo, ceguera.
Medicinas
: introspección, apertura, honestidad con uno mismo

5. Aislarnos
Además de permanecer en nuestros hogares, habitaciones o lugares "seguros" para evitar lo que percibimos como "amenazante", recurrimos a cualquier estimulante que provoque euforia, emociones intensas o distracción para crear un refugio. También es común recurrir al "no sé" o al "no me importa" para protegernos de verdades incómodas sobre nosotros. Seguro hay otras formas de aislarnos.
Efectos secundarios: problemas perpetuos, deterioro de relaciones interpersonales, fortalecimiento de adicciones.
Medicinas: honestidad con uno mismo, valentía

Como en el caso de las medicinas químicas, no es fácil tomar las medicinas espirituales. Pero vale la pena.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Usa el veneno


Ayer platicaba con mi novia sobre la tristeza. Conversábamos sobre las miles de razones para estar triste en estos días. Es sabido que las epocas navideñas a veces están cargadas de alegría y otras veces de dolor. Pero en este caso, el dolor es bueno. De hecho, cada emoción horrible que podemos sentir es, en esencia, una fuente inimaginable de sabiduría. Uso la palabra "inimaginable" sin titubeos, cada sentimiento doloroso encierra la llave para despertares que tienen el poder de cambiar nuestras vidas para bien.

No quiero decir que sólo las emociones negativas son la puerta hacia un estado de paz y dicha. La disciplina es común en grupos monásticos, en cuarteles del ejército, en las oficinas corporativas de algún conglomerado, en las escuelas, iglesias u hogares. La disciplina sirve para cultivar una conducta saludable. Pero también tenemos a nuestro alcance, en los estados dolorosos o dañinos, oportunidades para cambiar nuestros hábitos nocivos a hábitos saludables.

¿Qué estados negativos podemos usar para evolucionar? Todos. Ira, celos, depresión, culpa, soberbia, indiferencia, deseo nocivo, distracción, autoconmiseración, codependencia, miedo, etc.

Algunos dirán, "seguro hay truco". Sí, sí lo hay. Hay dos trucos. Los requisitos para usar los venenos para sanar son:
1) Una inmediata e instantánea motivación por beneficiarnos a nosotros mismos y a los demás. A esta actitud le llamaré motivación carente de ego.
2) Una disposición por sentir lo que sea que tengamos que sentir. A esto le llamaremos Apertura sin miedo.

Sin esos dos componentes, sin duda nos haremos daño. Ambos requisitos crean un estado que transforma al instante cualquier negatividad. Es una decisión. No hay necesidad de ingresar a experiencias sublimes o místicas para adoptar esa actitud. No hay necesidad de ingresar al espacio divino o a la vacuidad pura y clara para tomar esa decisión. O la tomas o no. No importa qué tan confundido estés o qué tan inconciente seas. Puedes escoger adoptar esa actitud en este instante o no. No se trata de actuar bien o mal. Correcto o incorrecto. Adoptar o no esa motivación es tan arbitrario como lanzar una moneda al aire. Puedes tomar esa decisión ya, sin titubeos. Ahora los venenos y sus beneficios:

Tristeza
Como dije al principio, las razones para estar triste no tienen fin. Aún después de navidad, si buscamos más, las encontraremos. Pero el dolor de este tipo es señal de que poseemos la capacidad de ver las cosas tal y como son. La tristeza profunda, dentro de su corazón, es alimentada por conciencia y verdad. Ese dolor que sentimos por todo lo que "no está bien" es un deseo infinito por evolucionar. La tristeza es buena, en esencia, es compasión genuina y amorosa. La tristeza es un corazón abierto y listo para derramar toda su sangre para el mundo entero. Al adoptar la motivación carente de ego y la apertura sin miedo, la tristeza es una fuente inagotable de comprensión y sensibilidad. La vulnerabilidad innata a la tristeza es una expresión genuina de cero resistencias, cero violencia, cero intermediarios, cero protecciones, etc. La tristeza pura, libre de egocentrismo y preferencias, es amor sumamente intenso, abierto y 100% conectado con el universo entero.

Ira
Nada como la ira para destruir todo lo que hemos construido y sanado. Pero al pasarla a través del filtro de la motivación carente de ego y la apertura sin miedo, la ira se transforma en un movimiento que diluye cualquier apego. La ira, al analizarla cuidadosamente, es energía que empuja. Es un dinamismo que desea alejar y separar lo más que se pueda. Cuando aparece, la energía de la ira sólo tiene un objetivo: distanciarse lo más que pueda de lo amenazante. Entonces, mientras sucede una riña entre nosotros y los demás, podemos tomar la decisión de adoptar la motivación carente de ego y abrirnos a sentir sin miedo. En ese momento, la ira se transforma: Esa tendencia a empujar, al no tener un apoyo egocéntrico y preferencias, se queda sin piso. Se queda sin un soporte. Ello provoca que la energía comience a empujarse a sí misma como un cohete a propulsión, hacia todas las direcciones, como un globo que se desinfla a toda velocidad. Una vez que esa energía se desinfla a sí misma lo que queda es espacio abierto y pacífico. Cool, huh?

Paranoia
Este suceso también es conocido como necedad, visión angosta, limitada, inflexibilidad, telaraña compulsiva, etc. Antes de la motivación carente de ego, la paranoia es como una imposición de un sistema social de un dictador. No se pueden cambiar las reglas. Las cosas son así y punto. Uno actúa de una sola forma. La paranoia es como un lente que sólo puede observar desde una sola óptica. A pesar de que el universo entero cambia de colores de forma constante, al vivir regidos por la paranoia, nuestra visión sólo puede contemplar al mundo de un solo color. Después de la motivación carente de ego y la apertura sin miedo, la paranoia se percibe como perseverancia. Esa energía necia e inflexible, ahora ya no tiene un punto de vista donde apoyarse, por lo mismo, comienza a ser necia en todas las direcciones. Se transforma en acción pura la cual se manifiesta en actos perseverantes. Es una necedad sin ego y, por lo mismo, es una necedad que beneficia. Es una acción perseverante que no defiende ninguna postura. No hay enemigos, sólo hay acción.

Antojo

En los grupos de recuperación de adicciones, el antojo es un verdadero peligro. Es lo que desata una recaída en el alcohol, drogas, sexo irresponsable, apuestas, peleas, victimización, etc. El antojo es el paso previo a la alimentación de adicciones. El antojo es consumo potencial. El antojo es apego por sensaciones o por fantasías mentales. No obstante, al usar una óptica libre de ego y libre de miedo a sentir lo que sea, la energía presente en el antojo es energía que consume todo lo que hay en el universo. Ese fuego inherente al antojo es fuego que no es selectivo. No hay preferencias. El consumo, de nueva cuenta, es en todas las direcciones. Entonces, cuando aparecen las ganas de consumir, ya sea enervantes o a las personas (por medio de ira o soberbia), podemos optar por sentir sin miedo esa energía y dejar que se consuma a sí misma. Devora nuestras ganas de pelear, nuestras ganas de sentir euforia, nuestros deseos de comprar, nuestros pensamientos y emociones. Al hacer esto, sin proteger nada, el deseo se consume a sí mismo y lo que queda es libertad de adicciones.

Dejaré el resto de los venenos para otros posts. De lo contrario éste será muy largo. Por lo pronto ya tenemos perspectivas nuevas para trabajar con la tristeza, ira, paranoia y antojo.

martes, 1 de diciembre de 2009

Desvanecimiento

Y ahora, una introducción más a la naturaleza de la mente:

El vehículo
Me siento cómodamente. Me siento y me relajo con los ojos abiertos. Enderezco mi postura para poder respirar libremente. Con suavidad dirijo mi atención a mi respiración. Tomo consciencia de ella. Noto cómo inhalo y cómo exhalo. Noto ese ir y venir y me subo a ese ir y venir. Como si fuese las olas que van y vienen en una playa.

El suceso
Mientras estoy consciente del ir y venir de mi respiración, me doy cuenta de que sólo es respiración. Podría seguir con mi noción de que es mi respiración pero esta vez opto por reconocerla como una respiración que ocurre. Es un suceso. No es una posesión.

Los componentes
Ese suceso está compuesto de tantas cosas. Está hecho de inhalación y exhalación, de expansión de abdomen y pecho y de contracción de abdomen y pecho. Ese ir y venir está hecho de frescura cuando inhalo y de calidez cuando exhalo. La respiración está compuesta de varias cosas y tomo consciencia de cada una, una por una, justo cuando suceden.

Impermanencia
En el movimiento de la respiración hay un nacimiento, una vida y un fin. Hay un nacimiento de la inhalación, un periodo de vida de la inhalación y un fin de la inhalación. Después hay una pausa. Luego hay un nacimiento, una vida y un fin de la exhalación. Surge, perdura y cesa. Cada movimiento del aire que respiro es como un ser vivo que nace y muere una y otra vez. No hay una inhalación eterna ni tampoco una exhalación que dure para siempre.

La inclusión
Pasa el tiempo y sigo atento a la respiración. Me percato del aire, del aliento, de las sensaciones en las fosas nasales y de los movimientos del abdomen y el pecho. Me percato de todo eso al mismo tiempo. Todo el proceso nace, perdura y muere. Una y otra vez. Decido incluir más sucesos corporales como por ejemplo la silla en donde estoy sentado. Por unos segundos dejo de prestar atención al proceso de la respiración, pero luego regreso a éste con suavidad sin excluir mi noción de que estoy sentado.

La actividad mental
Durante este recorrido consciente de mis percepciones, en mi mente surgen voces mentales con el mismo timbre de mi voz física. Surgen melodías de canciones que he escuchado en estos días. Surgen imágenes, narraciones sin palabras, anécdotas visuales y un sinfín de abstracciones coloridas.

La desconexión
La actividad mental me distrae del proceso de respiración. Sutilmente me molesto conmigo mismo por haberme distraído. Me percato de que mi molestia es mi hábito perfeccionista que no tolera distracciones.

La reconexión
Dejo ir mi molestia, dejo ir mi perfeccionismo, dejo ir mi intolerancia. Después de ese análisis regreso al proceso de respiración. En ese momento sé que hay respiración, silla y actividad mental.

El espacio
Me quedo así, con suavidad, con gentileza y con espacio. Sí, hay espacio. Me doy espacio de hacer y deshacer en esta consciencia. No hay problema si me distraigo temporalmente. No hay problema si me molesto conmigo de nuevo por distraerme. Lo reconozco y me digo que no hay problema y de nuevo me subo al ir y venir de la respiración.

Unión de mente y cuerpo
También hay brazos y piernas. Hay dedos, muslos, rodillas y pies. Hay pantorrillas, hombros, cuello, cabello, rostro y cierta vida en cada parte corporal. En este momento estoy consciente de la respiración, actividad mental y cuerpo entero.

Las necedades sutiles
Junto con todo lo anterior, me percato de los sonidos externos, de mi saliva, de mis tensiones corporales como las de la espalda, hombros, quijada, manos, etc. Me percato tranquilamente de mi esfuerzo por tomar consciencia de todo lo que he conscientizado hasta ahora. Me relajo sin dejar de estar atento. También hay lengua, dientes y tensiones mentales innecesarias como por ejemplo: "Tengo que hacerlo bien" pero sin palabras. Tensiones como "Aguanta, aguanta, no pierdas el estado" pero sin palabras. Las percibo y las dejo ir. Algunas cesan, otras no. No importa.

Las ventanas
¿Y la visión? ¿Los ojos, formas, colores y movimientos visuales? Tomo consciencia de mi vista periférica. De izquierda a derecha sin mover mis ojos. Sólo me doy cuenta de todas las formas y colores que están alrededor del centro de mi visión. No hay necesidad de mover los ojos para percatarme de todo lo que perciben. Ahora hay visión, respiración, sensaciones corporales, sonidos externos y actividad mental.

El observador
Hay alguien que percibe todo lo anterior. Hay "alguien", respiración, visión, sensaciones corporales, sonidos y actividad mental.

La disolución
¿Realmente hay alguien? No. Al igual que mi tratamiento de la respiración, ya no diré es mi visión, mis sensaciones, mi actividad mental o mis percepciones. Sólo hay algo que llamo "alguien", respiración, visión, sensaciones corporales y actividad mental. "Alguien que percibe" es una etiqueta. Una etiqueta de una actividad mental. No es mi actividad. Es sólo actividad mental.

La verdad
No hay "alguien", "respiración", "sensaciones corporales", "actividad mental", "sonidos" o "sonidos". Son sólo etiquetas, en realidad hay sucesos. No hay "sucesos", sólo hay manifestaciones. No hay "manifestaciones", sólo hay dinamismos. No hay "dinamismos", sólo hay ser y estar.

No hay "ser y estar", sólo hay...

martes, 24 de noviembre de 2009

Mente del despertar 2


Ya escribí sobre la mente del despertar pero un post no es suficiente.

La mente del despertar es la medicina suprema. Es el requisito para la sanación anímica de uno mismo y de cualquier sociedad. Nos urge una dosis infinita de esta medicina.

La mente del despertar puede percibirse desde el punto de vista de la consciencia, la bondad, la compasión y la acción benéfica.

Primero las definiciones
- "Mente" es: percepción de la realidad
- "Despertar" es: la realidad no-dual
- "La realidad no-dual" es: la realidad sin divisiones como "yo-ellos", "yo-el otro", "esto-aquello", etc.
- "Mente del despertar" es: la percepción de la realidad no-dual
- "Consciencia" es: conocimiento y reconocimiento de las cosas
- "Bondad" es: deseo natural de que haya felicidad
- "Compasión" es: deseo natural de que no haya sufrimiento
- "Acción benéfica" es: cualquier realización que produzca beneficios

Mente del despertar desde el punto de vista de la consciencia
1er componente: Consciencia de lo que ocurre en uno mismo
2do componente: Consciencia de lo que ocurre en los demás
Mente del despertar es: Consciencia de lo que ocurre en uno mismo y en los demás, al mismo tiempo.

Mente del despertar desde el punto de vista de la bondad
1er componente: Bondad hacia uno mismo
2do componente: Bondad hacia todos los demás
Mente del despertar es: Bondad hacia uno mismo y todos los demás, al mismo tiempo.

Mente del despertar desde el punto de vista de la compasión
1er componente: Deseo de que uno mismo deje de sufrir
2do componente: Deseo de que todos los demás dejen de sufrir
Mente del despertar es: Deseo de que uno mismo y todos los demás dejen de sufrir, al mismo tiempo.

Mente del despertar desde el punto de vista de la acción benéfica
1er componente: Acción benéfica para uno mismo
2do componente: Acción benéfica para todos los demás
Mente del despertar es: Acción benéfica para uno mismo y todos los demás, al mismo tiempo.

En resumen, mente del despertar es: consciencia, bondad, compasión y acción benéfica para uno mismo y todos los demás al mismo tiempo.

Al cultivar la mente del despertar diluimos todos los hábitos nocivos, confusiones y apegos egocéntricos, lo cual nos permite vivir de forma espontánea en la vacuidad y también en el estado carente de miedo.

La mente del despertar se cultiva por medio del recorrido de dos senderos:
1. El de la meditación (sendero absoluto)
2. El del beneficio de todos los seres (sendero relativo)

La mente del despertar surge de forma natural y espontánea al recorrer el sendero de la meditación y el del beneficio de todos los seres, al mismo tiempo.

Si quieres aprender a meditar aquí hay una excelente instrucción. La traducción viene en camino =)

domingo, 8 de noviembre de 2009

Dignidad liberada


En una de las clases de meditación que le doy a mi amiga Cristina, mientras conversábamos, poco a poco llegamos al tema de la dignidad genuina o despierta. Es esa dignidad física y mental que es posible obtener si uno le busca bien (o deja de buscar). Primero hablábamos de la generosidad y lo difícil que es cultivarla y luego escarbamos un poco más. Pasamos por la buena conducta, la paciencia y después caímos en la dignidad.

Una lleva a la otra. Una es consecuencia de otra y, según las circunstancias, de repente se vislumbran lazos entre virtudes que aparentemente no tienen mucho en común (como por ejemplo la ecuanimidad y la perseverancia). Solo hace falta distinguir la mecánica de cada cualidad. Dentro de cada virtud hay sistemas microscópicos que dan vida a otras virtudes. Sólo es cuestión de usar dichos procesos esenciales en los días correctos, en las relaciones interpersonales pertinentes y en las prácticas de meditación adecuadas y como por arte de magia surge una habilidad sana.

Pero bueno, volviendo al tema de la dignidad, éste surgió de nuevo en la conversación que tuve con Nandush hace unos días. Ha aparecido también cuando observo las dificultades de algunos amigos y familiares. Por lo mismo, decidí hacer un post al respecto. Trataré de describir la anatomía de la dignidad y mostrar las razones por las que ésta no depende de ningún tipo de máscara, valentía agresiva o arrogancia disfrazada de elegancia.

Primero lo que no es:

La dignidad no depende de logros materiales ni intelectuales
Si uno busca la definición en el diccionario, lo que encuentra uno son palabras como "excelencia", "realce", "cualidad de merecedor o de ser aceptado". Por lo mismo, es natural concluir que para ser aceptado, merecedor o reconocido como excelente, uno debe obtener y comprobar logros. Pero esa es una dignidad convencional. Más aun, es efímera y, por lo mismo, sujeta a renovarse. Endlessly... Eso no es dignidad, es esclavitud.

La dignidad no es la imagen que tenemos de nosotros
La imagen mental también está sujeta a renovarse. Lo que es peor, cualquier cosa que atente contra esa imagen será vista como a)una amenaza, b)como un enemigo y c)como el fin de tu dignidad. Una imagen es sólo eso: una imagen. Algo que debemos proteger, renovar, reinventar y mantener. El tiempo lo borra todo. Este segundo lo borra todo. En el siguiente tienes que volver a decirte que eres digno. Y el que sigue y el que sigue. Si alguien opina lo contrario, irremediablemente tendrás que involucrarte en una lucha absurda. Puede que ganes pero, una vez más, el tiempo borrará eso por lo que luchaste o llegará alguien más a "destruir" tu imagen. Eso no es dignidad. Es un espejismo.

La dignidad es independiente de cualquier anécdota
Al igual que el caso anterior, las anécdotas están sujetas a la impermanencia. Eso significa que tendrás que revivir tu pasado "valioso" una y otra vez para comprobar lo "digno" que eres. Eso explica por qué te repites las mismas historias cuando te sientes mal. Cuando escuchas mil veces una canción, ésta poco a poco pierde su encanto. Lo mismo ocurre con tus anécdotas y, por ende, con tu "dignidad". Eso explica por qué a veces las personas ya no se emocionan cuando cuentas tus historietas. Eso explica por qué a veces tú no te emocionas con tus historietas. Las anécdotas no son dignidad. Las anécdotas son sólo apegos al pasado. Claro, eso no implica que nunca más las cuentes.

No es un premio
Cualquiera que te haya dicho que no posees dignidad por que "no te la has ganado" vive en el error. Sólo analiza la lógica del argumento. ¿Quién decidió que nuestra dignidad le pertenece a otra persona? Y si así fuese. ¿Por qué es así? ¿En qué libro, biblia, constitución o manual de vida se afirma que la dignidad nos la puede otorgar otra persona? Y si le rascas más: ¿Por qué mi dignidad está fuera de mí? ¿Es una cosa? ¿Tiene altura, anchura y profundidad? Cuando alguien más me dice "ya eres digno de...", ¿acaso surge dentro de mí una energía que me hace más valioso de lo que era antes?

Más importante aún: ¿Antes no era valioso?

"Es que no tienes un sólo éxito", "Haces puras pen... equivocaciones", "¿Quién te dijo que mereces la felicidad?", "No has trabajado lo suficiente, no has ganado lo suficiente, no has aguantado lo suficiente, no has sufrido lo que yo he sufrido". Al parecer los "otorgadores de dignidad" no toleran que uno mismo se sienta digno.

¿Quién determinó que alguien más tiene el poder de decidir cuándo tendremos dignidad? Tratar a la dignidad como un premio es una forma de control, descalificación y manipulación.

Tampoco cuánta gente nos acepta, nos reconoce o nos quiere
Se ha concluido que uno es digno, o posee dignidad, cuando muchas personas nos reconocen, nos estiman, o nos quieren. En este caso una vez más le otorgamos el poder a las circunstancias de sentirnos como poseedores de dignidad. Una vez más nos encadenamos a otros. Una vez más nos esclavizamos. ¿Y si nadie nos reconoce? ¿Y si nadie nos acepta o estima? ¿Acaso eso quiere decir que no poseemos dignidad? La necesidad de reconocimiento y aceptación no es dignidad. Es sólo eso: una necesidad. Es como un recordatorio que debemos activar cada día. Esto es una clara señal de que nuestra supuesta "dignidad" es ilusoria y sujeta a renovarse.

Nunca es inventada
Por lo anterior, es evidente que cualquier intento de convencernos de que somos dignos, está destinado al fracaso. No tenemos que convencernos de que poseemos dignidad. Ésta es inherente a nuestro ser. Es innata a nuestra existencia.

La dignidad es:

Lo que somos
Tal cual. Ni más ni menos. Con todas nuestras virtudes y defectos. Es nuestro ser y estar. Así, tal cual.

Cómo somos
Nuestras manifestaciones, en el momento que surjen, justo en esa milésima de segundo en el que nacen, poseen dignidad. Cómo hablamos, cómo caminamos, cómo comemos, cómo nos vestimos y sí, también cómo nos equivocamos. Son errores dignos. Equivocaciones verdaderas que no se esconden. Nuestro buen gusto y mal gusto también es digno. Cada expresión de nuestro ser es instantáneamente un fruto de nuestra dignidad.

Es inagotable
Desde recién nacidos hasta la tumba poseemos dignidad. En ningún momento la perdemos. En ningún momento se acaba. Ésta surge como una fuente incesante de excelencia. Se percibe en cada instante. Ahora, ahora y ahora también. Aquí, aquí y aquí también. Sí también en este momento en el que lees estas palabras. Y en éstas también. Está impregnada en la extensión de cada inhalación y cada exhalación de nuestro cuerpo. Vamos, hasta después de la muerte nuestra dignidad perdura. Se encuentra en nuestras cenizas, en nuestro proceso de descomposición y en el renacimiento elemental dentro de los minerales de la tierra y los organismos de los vegetales y los seres vivos.

Flexible
En cada crisis y en cada momento de felicidad, ahí sigue nuestra dignidad. Se adapta a cada situación sin resistencias y sin pretensiones. La dignidad genuina no depende de condiciones. Es nuestra cualidad de amoldarnos a los problemas para resolver cada detalle, atar cada cabo suelto y llenar cada carencia (con más dignidad). Ante las tormentas, nuestra dignidad permanece inmóvil, como una roca. Ante la calma, nuestra dignidad se mezcla con la dignidad del suelo, del aire y de los cielos. No hay diferencia entre nuestra dignidad y la de los océanos, entre la nuestra y la de los colores de cada flor y fruto.

Elegante
La dignidad es tan sencilla que resulta infinitamente elegante. En su humildad yace su riqueza, en su simplicidad se percibe su solidez. La dignidad despierta no requiere de reconocimientos, ni de elogios constantes. Su distinción llena cada rincón de nuestro ser, cada habitación en la que entramos, cada actividad que realizamos y cada descanso que nos damos.

Verdadera
Una vez que la percibes, la dignidad no deja de expresar su veracidad. Es tan explícita que elimina todas las dudas de uno mismo y de los demás. Y si alguien no deja de cuestionarla, ello se debe a su temor por que nuestra dignidad sea verdadera. Se debe a su temor a que la suya no sea verdadera.

Cómo contactar con tu dignidad:
1. Renuncia a la pretensión
2. Renuncia al deseo de comprobar
3. Renuncia a tu autodevaluación
4. Renuncia a tu sobrevaloración
5. Permanece en el ser y estar genuino
6. Sin esfuerzo déjate llevar por ese Ser y estar genuino
7.
Reconoce ese ser y estar genuino como tu verdadera dignidad con libertad total
8. Cultiva el reconocimiento de ese ser y estar genuino con esfuerzo cuando sea necesario
9. Cultiva ese reconocimiento de ese ser y estar genuino sin esfuerzo cuando no sea necesario

viernes, 6 de noviembre de 2009

Sobre la devoción


En este post hablé sobre las virtudes que nos hace falta desarrollar. Hablé de ellas por que en la encuesta para la investigación de mercado que realicé, las respuestas indicaban que había desinterés en habilidades como la compasión o la generosidad.

Sin embargo, hubo una persona que no escogió ninguna de las virtudes que enlisté como opciones de respuesta. Él proporcionó otra repuesta. En el cuadrito en blanco escribió "fe".

Lo primero que pensé fue "¿Fe?" Me di cuenta de que no la había considerado para nada. Me di cuenta de que no la incluí en la lista por que realmente no estaba activada en mí en ese momento. Sí, claro, ese día tenía fe absoluta en lo divino, en lo sagrado, en la naturaleza búdica, etc. Pero no era una fe despierta. Era una fe en su estado potencial y no estaba interesado en ella por que la daba por hecho.

Tiempo después la experiencia poco a poco impregnó mis días y hoy es algo que se incrementa conforme pasa el tiempo. Este post habla sobre esa vivencia.

Para continuar con el estilo de posts anteriores, optaré por pequeñas frases que transmiten la experiencia, en lugar de robustos párrafos.

Fe o devoción es:
- Valentía combinada con certeza
- Entusiasmo, sin titubeo, por ser verdadero
- Energía honesta y explícita en cada pensamiento y sensación
- Pasión por la entrega al universo
- Gusto, preferencia y placer por el servicio
- Optimismo espontáneo e inquebrantable
- Responsabilidad instantánea
- Fervor físico
- Fervor consciente
- Fervor despierto
- "Neverending zeal"
- Ausencia de egocentrismo
- Confianza plena en uno mismo
- Carencia de inseguridad interna

Seguro hay más formas de describirla. Por lo pronto se me ocurren esas.

Lo que hice para cultivar la fe o devoción:
1. Reconoce lo que impide que te entregues
La entrega puede ser al universo, trabajo, pareja, vacuidad, Dios, deidad, lo que sea.
2. Verbaliza el obstáculo
Como por ejemplo "no quiero saltar", "no quiero regalarme", "no quiero servir a nadie", etc.

3. Permite el cese del obstáculo
No hay necesidad de reprimir, ni de matar. Todo es impermante, deja que surja el flujo de la impermanencia del obstáculo. Dale su tiempo para que muera naturalmente.
4. Sé y está No tienes que hacer nada para ser y estar. Nada.
5. Reconoce los beneficios de tu devoción y entrega Siempre hay recompensas, a veces tangibles, otras intangibles.
6. Con la naturalidad de tu "ser y estar" sirve a ti y a los demás Se trata de beneficiar por medio del regalo de tu energía. No te olvides de ti en ese beneficio.

¿Sencillo no?

Ok, no es sencillo. Pero poco a poco se hace natural.

PD: para los que practican los 12 pasos, la fe y devoción se cultiva con el 3er y 6to paso.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Enciende la luz


Hace tiempo conversaba con mi amiga Lilia Maritza y ella me decía que es parte de la naturaleza humana ser egocéntrico. Estoy de acuerdo con ella.

También estoy de acuerdo con Zaratustra de Nietzsche cuando afirma que el hombre debe ser superado y llegar al "superhombre" o "Übermensch". No abogo por malinterpretar su filosofía y llevarla hasta el perfeccionismo del nazismo, pero sí por la revolución interna del ser humano y realizar la iluminación suprema de cada persona. Dicho con otras palabras, que nos libremos de forma permanente de las emociones negativas y de nuestras confusiones sobre la realidad.

La raza humana tiende a vivir a medias. No hay un desarrollo de su verdadero potencial. Aún los que viven en prosperidad, aún los que tienen éxito profesional viven sin conocer su fuente inagotable de sabiduría primordial, salud innata y bondad fundamental. Es evidente que todavía no distinguimos entre el camino correcto o el impulso por consumir lo que sea, sin importar las consecuencias negativas que surjan de dicho consumo.

No hace falta mostrar una lista de sucesos que comprueben nuestra caída recurrente. Los noticieros, Internet y hasta nuestro hogar proporcionan la evidencia de nuestra tendencia hacia los actos nocivos y la neurosis individual y colectiva.

Pero aunque las estadísticas sobre nuestra condición indican que algo anda mal con nosotros, es un hecho irrefutable que poseemos todo lo que necesitamos para ser lo mejor que podemos ser. Poseemos la verdad última. En serio. Está dentro y fuera de nosotros. En este instante. El problema es que no la hemos sabido aprovechar. Algunos la definen así. Otros así. En nuestro país tienden a referirse a ella de esta forma, pero también es válido afirmar que esa verdad es esto.

Si morimos sin activar esa chispa, sin cruzar el umbral de la transformación espiritual, ello sería equivalente a vivir sin haber salido de nuestro capullo. Y eso sucede todo el tiempo. No somos para siempre. La vida se va en un abrir y cerrar de ojos. Y por si fuera poco, a veces la muerte es prematura y rara vez se puede predecir cuándo llegará.

Es un desperdicio de divinidad. Debemos recordar que ser un ser humano común y corriente, valga la redundancia, es una oportunidad de oro. Tenemos a nuestra disposición la capacidad de distinguir perfectamente todas las causas de nuestro aprisionamiento y su resultante angustia y, como resultado, liberarnos de éstas. Este amiguito no la tiene. Ni tampoco los que se asumen semidioses.

Es triste reconocer que más de la mitad de la humanidad se muere sin probar la dicha de la verdadera libertad.

Habrá quien diga: "pero no todos tenemos la capacidad de probarla".

A lo que responderé: "pretextos, pretextos y más pretextos".

Habrá quien piense que ya es libre, quien se ría y continúe buscando entretenimiento aquí y allá. Habrá quien se refugie en el trono de su mente y se sienta seguro y protegido. Otros optan por esconderse detrás de tragedias fuera de proporción, reales o ficticias. Pero ni en los palacios de los centros comerciales, ni en las playas más lujosas, uno es libre del miedo. Ni en la penumbra depresiva ni en el infierno de la ira, uno es libre del miedo. Vamos de un extremo a otro. Sin parar, sin cesar, sin descansar. Del sufrimiento a la efímera euforia. Se acaba la felicidad y volvemos a sufrir. Añoramos, luchamos, conseguimos, volvemos a consumir y lo volvemos a perder. ¿Será por eso que le llaman círculo vicioso?

Y todo porque nuestra naturaleza divina yace apagada en nuestro ser.

Sí. Sí hay luz en nuestra voz, en nuestra mirada, en nuestra piel. Hay luz en nuestros errores, en nuestros tropiezos. Hay luz en nuestra sexualidad, en nuestras creencias, en nuestros escepticismos. Hay luz en nuestras depresiones, pérdidas, corajes e inconciencias. Pero es luz dormida. Luz inutilizada.

Eso explica nuestro desequilibrio. No damos los frutos que podemos dar. No coexistimos como podemos coexistir. No prosperamos como podemos prosperar. Sin los beneficios de un despertar esencial, todos nuestros actos están condicionados a producir resultados desfavorables y egocéntricos. Si la causa es negativa, el efecto es negativo. No hay otra posibilidad. Y lo peor del caso es que todo se vuelve un hábito. Un condicionamiento aprisionante.

Nos urge encender la lámpara de nuestro corazón ya que:
1) Ser humano es un regalo
2) No somos para siempre
3) Vivimos en un círculo vicioso
4) Somos víctimas de nuestros condicionamientos.

Ring a bell?

domingo, 25 de octubre de 2009

Medicina

"May I be a protector for those who are without protectors, a guide for travelers, and a boat, a bridge, and a ship for those who wish to cross over. May I be a lamp for those who seek light, a bed for those who seek rest, and may I be a servant for all beings who desire a servant."

- Shantideva

lunes, 12 de octubre de 2009

La enfermedad incurable


Cuando era niño, a los 5-6 años de edad, recuerdo que le dije a mi mamá que padecía de una "enfermedad incurable". Mi mamá con sorpresa y ternura me preguntó que si qué me sucedía. Le dije que la enfermedad incurable se llamaba "aburrimiento". Mi mamá sonrió y me ayudó a sentirme mejor con alguna canción, bromita o juego. Tiempo después el problema evolucionó y para solucionarlo recurrí a toda clase de entretenimientos, rellenos, contenidos, sedantes, enervantes y anestesias para evitar esa "horrible sensación". Después de años de ejercer mi escapismo de esa cosa vacía en mi interior (y exterior), acabé con una larga lista de adicciones a cosas tangibles e intangibles. Algunas de esas adicciones pudieron haberme matado pero al parecer mi karma no era tan culero.

Después de terapias, rehabilitaciones y procesos de recuperación de adicciones tuve una revelación. Estaba en casa de mi amigo Rodrigo y conversábamos sobre esa detestable sensación de insuficiencia. Le decía que, a pesar de que muchas cosas en vida habían mejorado, a pesar de que poseía muchas cosas que pensaba me harían super feliz, aún así me sentía incompleto. Rodrigo asentía y me compartía su experiencia similar a la mía. Después de esa conversación, me fui de casa de mi amigo y mientras iba en mi automóvil pensé: "¿y si dejo de luchar con el vacío? Tal vez, si lo acepte así como es, las cosas cambien". Reflexioné esa idea por varias horas y poco a poco llegué a una conclusión que cambió mi vida por completo: "si acepto el vacío existencial tal y como es, ya no estaré atado a tener que 'llenarme' con algo."

De ahí en adelante todo cambió. Obviamente en ese momento no tuve ninguna experiencia espiritual o mística. Sólo fueron reflexiones. Reflexiones que no dejaron de sonar en mi cabeza. Entre más ahondaba en esa idea, más tenía sentido su lógica. "Si ya no tengo que satisfacerme quiere decir que soy libre." "Si acepto el vacío ya no tengo que ser adicto a nada." Y así continué durante meses.

Después comencé a hacer las paces con la enfermedad incurable. A la larga, me di cuenta que la enfermedad incurable no era para nada una enfermedad. Rodrigo me dijo que J. Krishnamurti hablaba de un vacío. Leí su obra. Después leí a autores más contemporáneos (Tolle y Rubén Feldman). Comencé a vivir en ese vacío, a vivir en ese momento de nada. En enero de 2008 ingresé a una absorción meditativa y comprendí parte de la realidad fenoménica. Después de esa experiencia surgieron nuevas dudas y encontré respuestas en las tradiciones espirituales de la India y el este de Asia, especialmente en el Budismo.

Desde entonces no he dejado de promover los beneficios de vivir en esa "enfermedad incurable" que sentía desde niño.

Se han escrito millones y millones de páginas sobre esa vivencia a la cual llamo vacuidad. Pero en lugar de darles una larga y densa disertación filosófica al respecto, mejor les doy una lista de palabras que describen ese bendito estado de consciencia:

(algunas de las palabras que proporciono no existen en español)
Vacuidad es:

- Planicie
- Ordinareidad
- Momento llano
- Simplicidad
- Nada-eidad
- Primordialidad
- Rutina-reidad
- Lo previo a la sensación de estar incompleto
- Lo previo a las ganas
- Lo previo a los antojos
- Silencio del silencio
- Silencio dentro de los sonidos
- Transparencia dentro de los colores
- Transparencia de la transparencia
- Carencia de sensación dentro de las sensaciones
- Carencia de sensación dentro de la carencia de sensación
- Infinitud
- Primordialidad de todo
- Eso
- Eso del eso
- Cosa
- Inefabilidad
- Ahora
- Ahora dentro del ayer
- Ahora dentro del futuro
- Presencia
- Presencia dentro de la ausencia
- Quietud
- Quietud dentro de lo exaltado
- Etc...

Y para que no haya confusiones...

Vacuidad no es:

- Nihilismo
- Aniquilación del ser
- Anti-existencia
- Negación de toda la realidad
- Indiferencia
- Desconexión de la realidad
- Catatonia
- Represión de lo que sea
- Insensatez
- Muerte en vida
- Etc...

¿Queda claro? =)

Este post está inspirado en una conversación que tuve con mi madre hace unos días. Hablábamos sobre dejar de jugar a los papeles depresivos, a los dramas, a los corajes, etc. Cuando dejamos de jugar, poco a poco nos impregnamos de esa vacuidad, la cual es sumamente tranquilia, pacífica, flexible y relajante.

Para dejar de jugar e ingresar directamente a la vacuidad solo hay que prestar atención sin esfuerzo a lo que sea que esté dentro de nuestra percepción. Puede ser nuestra respiración, un sonido, una sensación, vamos... lo que sea sirve para arrullarnos y calmar lo que sea que tengamos que calmar.

martes, 6 de octubre de 2009

Diferencias entre libertad y esclavitud


Hace unos días padecí una migraña. Ayer me ardía insoportablemente la garganta. Sentía como si me hubiesen cortado varias veces con una navaja para rasurar. ¿Puede la meditación ayudarme con estas molestias?

Sí. Existe una sabiduría (que se pule con la meditación) que nos libera de intranquilidades provocadas por dichos padecimientos.

Es mejor tener un ardor insoportable en la garganta SIN encabronamiento o angustia, que un ardor insoportable de garganta con encabronamiento o angustia.

En el caso de la migraña, me tomé unas pastillas para aminorar el estallido de mi cabeza. Cedió un poco pero no al 100%. Mientras transcurría el día tuve que lidiar con la luz brillante del sol reflejada en las paredes pintadas de naranja-rosa de mi oficina. Tuve que tolerar el ruido del resto de mis compañeros de trabajo. Cada sonido fuerte y cada color luminoso me provocaban punzadas sin forma en mi cerebro. Pero no había enojo, no había desasosiego.

Al contrario, estaba tranquilo. Adolorido pero tranquilo.

Así como permanezco en paz con los achaques de mi cuerpo, también permanezco sereno cuando tengo ganas de llorar o cuando surge un brote emocional en mi pecho cada vez que, por ejemplo, alguien se mete de forma precipitada en mi carril cuando manejo (llámale adrenalina, susto o ganas de gritarle al conductor que se me cierra).

En ese tipo de situaciones no hay guerra porque en meditación, como bien dice mi padre, "las cosas son como son, las cosas duran hasta que se acaban y hay cosas que ni pa' qué".

Libertad es:

Que la emoción sea como es, que dure hasta que se acabe y si ésta tiene que surgir irremediablemente, ni pa' qué lucho con ella.
Que la migraña sea como sea, que dure hasta que se acabe y si debe suceder, ps ni pa' qué me angustio.
Que haya dolor de garganta, que dure hasta que se acabe y si éste tiene que ocurrir, ps ni pa' qué me encabrono.

Obviamente esto no quiere decir que uno no actúe y no tome los remedios correspondientes para aminorar las molestias. Respiraré para calmarme, tomaré mis pastillas pa' la migraña y tomaré mi jarabe para el dolor de garganta. Pero no lucharé con lo inevitable.

Esclavitud es:

Que la emoción sea bonita. Si no lo es, quiero que se acabe YA y si no se acaba cuando yo quiera me angustiaré bastante.
Que no me duela la cabeza. Si me duele, que se acabe en este instante y si no se acaba cuando lo deseo me molestaré bastante.
Que no haya dolor de garganta. Si hay, que me cure en este segundo. Si no sucede eso me encabronaré bastante.

Es esclavitud porque nuestro estado emocional depende de sucesos fuera de nuestras manos. No hay libertad.

La sabiduría que se obtiene de la meditación es justo el arte de dominar el "las cosas son como son, las cosas duran hasta que se acaban y hay cosas que ni pa' qué".

Claro, hay ocasiones en las que el dolor físico es un infierno. Un día, tuve un dolor de estómago tan fuerte que se me salieron las lágrimas. Pero la causa de éstas nada tienen que ver con una lucha desesperada y absurda contra los fenómenos naturales de mi cuerpo.

Que haya lágrimas como son, que duren hasta que se acaben y si nada puede detenerlas ni pa' qué me preocupo por detenerlas.

Para aprender una técnica sencilla de meditación pulsa aquí.

La foto representa la prajñaparamita, o sea, la perfección de la sabiduría primordial que acepta y vive la realidad tal y como es.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Por qué medito


Había una época de mi vida en la que cualquier cosa religiosa que surgiera en mi percepción inmediatamente la tildaba de "basura".

A pesar de que sí tenía curiosidad, no me daba la oportunidad de conocer, escuchar, evaluar o vivir una vida espiritual.

El catolicismo/cristianismo, hinduismo, islám y judaismo eran "idioteces", "pérdida de tiempo", "tonterías" o, como comúnmente llamaba a cualquier religión, "patrañas".

El budismo era "esa tontería que hacen los monjes pelones" y la meditación "otra estupidez más de los hippies".

Cuatro años después tengo cada célula de mi ser impregnada de Dharma (o por lo menos eso intento).

Un día pensé, "Actuar con bondad se siente raro. This is so not me", pero al mismo tiempo no quería dejar de hacerlo por que había llegado a un punto en el que actuar como un "motherfucker" era lo más absurdo que podía hacer. Solía pensar que esa agresiva habilidad que había desarrollado para "no dejarme de la gente" era una virtud digna de reconocerse. Mi expertise era hacer mierda a todos, incluyendo a los más cercanos y queridos. También dominé el arte de ser un perfeccionista fascista y lo único que perfeccioné fue cómo temer constantemente el fracaso. La bondad... ¿cuál bondad? Pero bueno, un día opté por el sendero Jedi.

En esa nueva vida también sentí que vivía un cliché. Me etiqueté como "cursi" y me escondí muchas veces. Nadie debía saber mi nueva vida secreta, es decir, la vida de un "stillness-lover".

Pero resultó que "la estupidez hippy" funcionó.

Después de un largo tiempo de práctica, estudio, prueba y error, he aquí lo que he obtenido de esta "cursilería" llamada meditación:

- Ya soy honesto conmigo y los demás. O dicho de otra forma, ya no hago como si nada hubiese pasado cuando cometo un error.
- Veo los cravings y tentaciones de joder a los demás y a mí mismo. Y si veo, puedo dejarlos ir.
- Veo los ataques emocionales cuando surgen. Y si los veo cuando surgen, puedo dejarlos ir en ese instante.
- Sé cómo "dejar ir" sin que se vuelva una represión emocional.
- Sé que "dejar ir" es lo mismo que "dejar ser".
- Sé que "dejar ser" una emoción negativa NO ES lo mismo que llevarla a cabo.
- Sé que "dejar ser" una emoción negativa es sentirla sin resistencias.
- Ahora sí escucho a la gente.
- Ahora sí empatizo.
- Ahora sí me comunico.
- Ahora sí comprendo.

Pero lo mejor que he obtenido de la meditación es que sé perfectamente qué es vivir en Fearlessness. No es un concepto, no es un ideal, es algo más real que cualquier otra cosa.

Y si sé qué es, puedo cultivarlo. Si no, no.

En la foto aparecen dos "místicos locochones" que en las últimas 4-5 décadas de su vida, no experimentaron miedo alguno.

Nada. Cero.

Todo eso se debe a que dedicaron las primeras décadas de su vida (desde niños) al estudio y práctica de la meditación.

Sin miedo...
- No hay parálisis
- No hay ira
- No hay angustia
- No hay odio
- No hay sufrimiento
- No hay soberbia
- No hay falsedad
- No hay máscaras
- No hay paranoia
- No hay obsesiones
Etc...

Yo quiero eso. Por eso medito.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Llaves para el desapego


¿Cómo se logra la libertad de los apegos?

Con naturalidad. No hay necesidad de empujar, desechar o regalar lo que no necesita ser empujado, separado o regalado. Todo, con espontaneidad, nos dejará. Justo en el momento indicado, en el segundo preciso. No hay nada qué hacer. Nada qué realizar. Todo, con naturalidad, de nuestras vidas se desapegará.

Con generosidad. No hay nada que retener, nada que proteger, todo es digno de regalarse cuando sea necesario regalarse, al momento correcto, a la persona indicada. Y si dejar ir nos provoca lágrimas, regalemos éstas también justo en ese instante.

Con valentía. Con acto de fe en nada, con embestida hacia la incertidumbre. Dejemos ir lo que sea necesario dejar ir. Sin miedo y sin expectativa. Así como los clavadistas se entregan a lo profundo de las aguas, justo cuando deben lanzarse. Así como el escritor deja ir sus cuentos al mundo entero, justo cuando los relatos desean recorrer el mundo.

Con entrega. Regalemos al espacio frente a nosotros todos nuestros miedos y tensiones. Todas nuestras quijadas tiesas y también nuestras manos apretadas. Ofrendemos a la nada nuestros estómagos contraídos y nuestros pensamientos obsesivos. Entreguemos nuestras vidas y deseos a este segundo, a este inmenso momento. Qué los demonios en el aire se deleiten con nuestra sangre, carne y huesos. Que nuestros anhelos se colmen de paciencia, al diluirse en la grandeza del omnipresente vacío.

Con apertura. No hay nada que esconder, nada que encerrar. Abramos todas las puertas y que la angustia salga de todas las habitaciones. Que nuestra desnudez abra todas las ventanas y que nos atestigüen los que deseen ser testigos. Que nos escuchen los que deseen escucharnos. Que nos ignoren los que deseen ignorarnos. No importa que tanta apertura aburra a los ensimismados. Se quedarán los que no le temen a la sinceridad espaciosa.

Con paciencia. Cada quien se llevará sólo lo que pueda llevarse de nosotros. Cada día se llevará sólo la porción de energía que quepa en éste. No atiborremos a una persona con todo nuestro ser. No asfixiemos el día con exceso de actividades. No matemos a la vida con una generosidad desmedida. El tiempo necesita tiempo, el espacio necesita espacio. El tiempo necesita espacio. El espacio necesita tiempo.

El desapego no se da en exceso, no se da escaso. Se da en cantidades precisas y se da a su tiempo. Se da cuando lo nuevo llega y sin duda alguna cuando lo viejo se acaba. Se debe dar cuando no llega lo que anhelamos y cuando llega inesperadamente lo que no deseamos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Soberbia y egoismo


Hice una encuesta para mi "upcoming" servicio de meditación y hubo algo que llamó mi atención: La gente quiere urgentemente dearrollar su perseverancia, desapego, consciencia y atención en el aquí y el ahora.

Lo cual significa que la gente reconoce que es improductiva, sumamente apegada, inconsciente y distraída.

Ok, es útil saber eso, pero lo que llamó mi atención fue justamente lo que la gente no busca desarrollar: compasión, bondad, generosidad, honestidad y dignidad.

La ecuanimidad y humildad también obtuvieron resultados bajos.

......

¿Cómo diablos quieren ser perseverantes, desapegados, conscientes y atentos al aquí y ahora si desprecian justamente las habilidades necesarias para ser eso que quieren?

Sin generosidad no hay entrega al trabajo.
Sin entrega al trabajo no hay perseverancia.

Sin generosidad no hay entrega a las personas.
Sin entrega a las personas no hay humildad.

Sin humildad no hay seguridad en uno mismo.
Sin seguridad en uno mismo no hay dignidad.

Sin humildad no hay libertad del ensimismamiento.
Sin libertad del ensimismamiento no hay desapego.

Sin libertad del ensimismamiento no hay atención al aquí y el ahora.
Sin atención al aquí y el ahora no hay consciencia.


Pero más importante aún es:
Sin compasión o bondad (las habilidades con menos votos) sólo hay soberbia y egoismo.

Y si sólo hay egoismo y soberbia olvídense de la consciencia, desapego, atención al aquí el ahora, perseverancia, generosidad, dignidad, honestidad, etc.

=P


viernes, 28 de agosto de 2009

El Señor Bodhicitta


Nandush y yo hemos pensado en ponerle "Sr. Bodhicitta" (se pronuncia bodichita) a nuestro primer gato. Pensamos que será un minino que emita el significado literal de la palabra Bodhicitta ("Mente del Despertar") con su infinita tranquilidad (o pereza), que será una gran fuente de inspiración cuando esté en plena contemplación del universo (o en infinita distracción con las sombras) o simplemente será un gato común y corriente que nos ayude a desestresarnos con sus chorliterías felinas.

Pero bueno, fuera de nuestros planes para el gatito del futuro, yo creo que el verdadero Sr. Bodhicitta es un título para el Subyugador de las emociones negativas, el Bodhisattva Manjusri, para europeos chistosos como Eckhart Tolle o seres enigmáticos como David Spero.

Más allá del título, está el concepto tal cual. La Bodhicitta se puede definir de mil formas. Es uno de los términos más usados en la tradición budista Mahayana y Vajrayana. La generación del mismo en la consciencia es requisito imprescindible para los que aspiran a la iluminación o que simplemente desean practicar tantra budista.

En lugar de darles una disertación del significado de esta palabra tan rara, mejor les doy una lista de posibles definiciones.

La Bodhicitta es:
- El deseo de iluminarse para el beneficio de todos los seres.
- La unión de sabiduría y compasión. (Y sabiduría es la comprensión de que nada posee existencia inherente).
- El reconocimiento de que todos los seres y uno mismo siempre han estado iluminados.
- El compromiso que una persona debe tomar para ser un Bodhisattva.
- La intención detrás de cada una de las acciones de una persona que sólo desea beneficiar a todos los seres.
- La mente carente de egoismo.
- El deseo libre de deseo confundido, es decir, libre de deseo egoista.
- El deseo natural y espontáneo de simplemente ser y estar de forma completamente verdadera.
- La unión de la mente convencional con la mente universal.
- La disolución de la confusión fundamental, o sea, de creer que estamos separados de todo lo demás.
- La actitud incesante, presente en cada segundo, de ayudar a todos los seres.
- La valentía insuperable de ayudar indiscriminada e incondicionalmente.
- El antídoto contra venenos como la ira, placer nocivo, soberbia, miedo, paranoia, falsedad mental o inconsciencia.
- El estilo de vida supremo.
- La sintonía con la acción infinitamente compasiva (o con la "voluntad de Dios").
- La intención que debería estar en cada una de nuestras acciones físicas, verbales y mentales (si es que queremos dejar de sufrir).
- El principal generador de karma positivo.

Y la lista sigue....

La Bodhicitta es relativa y absoluta. Su aspecto relativo se refiere al deseo natural de ayudar a todos los seres y el absoluto a la experiencia genuina de la vacuidad.
La bodhicitta relativa sin su aspecto absoluto puede degenerarse y volverse lástima egocéntrica.
La bodhicitta absoluta sin su aspecto relativo puede degenerarse y volverse nihilismo.

Para más información pulsen aquí.

jueves, 20 de agosto de 2009

Aclaraciones sobre la meditación



No se trata de...

...concentrarse en la respiración, sino de contemplar la respiración.
...no pensar, sino de que los pensamientos nazcan y mueran naturalmente.
...no sentir, sino de sentir sin reprimir o alimentar.
...relajarse hasta el punto de dormirse, sino de estar en calma de forma consciente.
...mantenerse despierto sólo porque "hay que estar consciente", sino de poner atención cuando el cuerpo no ha descansado (y darle su debido descanso).
...forzar los beneficios de la meditación, sino de permitir que estos surjan de forma natural.
...esperar que suceda esto o aquello en la meditación, sino de estar en meditación sin expectativas.
...calmar las olas emocionales o mentales, sino de dejar que éstas se calmen por sí solas.
...comprender conceptualmente la realidad, sino de comprender vivencialmente la realidad.
...escaparse de la vida, sino de vivir en ella (cuando medites, medita. Cuando comas, come).
...desconectarse de todo lo demás, sino de conectarse con todo lo demás.
...conectarse con todo lo demás, sino de darnos cuenta de que siempre hemos estado conectados.
...cultivar la quietud, sino de dejar de cultivar para que ésta florezca por sí sola.
...vivir en silencio, sino de reconocer el silencio de los sonidos.
...darnos cuenta de lo extraordinario de la meditación, sino de lo ordinario de la meditación.
...ser ordinarios, sino de reconocer lo ordinario de lo extraordinario.

Y finalmente, no se trata de meditar, sino de ser y estar en meditación: aquí, ahora, despiertos, atentos y conscientes, sin esfuerzo y sin expectativas.

miércoles, 29 de julio de 2009

Como una roca

No hagas nada:
1. Ante las tentaciones de hablar mal de alguien.
2. Ante las ganas de pisar.
3. Ante el deseo de subirte al huracán de ira.
4. Ante el murmullo compulsivo de la mente.
5. Ante la envidia.
6. Ante el odio hacia los que son felices.
7. Ante la autoconmiseración.
8. Ante el antojo de destruir con la crítica
9. Ante la culpa propia.
10. Ante el deseo de hacer sentir culpable a los que se equivocan.
11. Ante las ganas de sentir placer iracundo.
12. Ante la compulsión de buscar defectos.
13. Ante la tendencia a descalificarte.
14. Ante desprecio por los que muestran superioridad.
15. Ante el desprecio por los que muestran inferioridad.
16. Ante la molestia que surge al percatarte de que no sucede lo que deseas.
17. Ante tu astucia defensiva.
18. Ante tus teorías sin fundamentos.
19. Ante las ganas de burlarte.
20. Ante ti mismo cuando eres presa de las emociones destructivas.

miércoles, 15 de julio de 2009

Video: Cultivo de bondad

Este sitio rockea. No sólo encontré varios videos sobre budismo y meditación, sino que también hay todo tipo de explicaciones y métodos fáciles para llevar a cabo todo tipo de tareas. Les dejo este videito en el que se explican los pasos para el cultivo de la meditación de bondad amorosa.



Traducción
Lo que necesitarás:
- Comprensión y aceptación de lo que vas a hacer
- Un lugar libre de interrupciones
- Un cojín
- Una cobija
- Un temporizador, una pista musical de meditación o un reloj
- Algo agradable en donde puedas colocar tu vista

Pasos:
1. Escoge una posición en la que te puedas sentar cómodamente para meditar. Te puedes poner de rodillas con un banco para meditación, sentarte con las piernas cruzadas en el piso o en una silla con la espalda derecha.
Tip: si es necesario, usa un cojín para darle soporte a la espalda y cúbrete con la cobija si tienes un poco de frío.
2. Decide cuánto tiempo durarán tus sesiones de meditación. Para principiantes cinco minutos es lo recomendable.
3. Ajusta el temporizador o escoje la pista musical que corresponda con el tiempo que fijaste para tu sesión de meditación.
4. Para prepararte, ancla tu consciencia en el presente.
Tip: enfoca tu mirada unos segundos en algún objeto agradable de tu campo visual (como una planta, una estatua del Buda o un recipiente bonito).
5. Cierra los ojos y recorre tu cuerpo con la mente para que tomes consciencia de éste. Comienza con los dedos de los pies y asciende lentamente por los pies, luego las piernas, pelvis, espalda y brazos. Termina con el cuello y la cabeza.
6. Reflexiona en lo que quieres lograr con esta meditación. Tal vez quieras reconciliarte con alguien en especial. Después, comprométete a practicar de forma consciente.
7. Mientras mantienes tus ojos ligeramente cerrados, comienza a cultivar bondad amorosa. Hay muchas formas de hacer esto. Puedes recordar momentos en los que hayas experimentado dicho sentimiento, repetirte una frase que exprese bondad amorosa (como "Que yo, el/ella o ellos sean felices") o imagina que alguien más te la transmite.
8. Durante la primera fase de la meditación, cultiva bondad hacia ti mismo. Según cómo nos sintamos respecto a nosotros mismos, de esa forma trataremos a los demás.
9. A muchas personas se les dificulta cultivar bondad hacia sí mismos. Visualiza a alguien que te quiere y cómo te lo demuestra y ábrete completamente a su amor.
10. La siguiente fase consiste en cultivar bondad hacia un ser querido. Puede ser un conocido, alguien a quien admires, algún maestro respetable o un amigo cercano. Reflexiona sobre las cualidades de esa persona y visualízalo como si estuviese alegre.
Tip: si es tu primera vez, es mejor enfocarse en alguien que sea simplemente tu amigo en lugar de un padre de familia, hijo o pareja, ya que las relaciones familiares o atracciones sexuales complican los sentimientos.
11. En la tercera fase cultiva bondad hacia alguien neutral, alguien que no te provoque ninguna reacción positiva o negativa. Podrías visualizar a alguien que ves con frecuencia o que conoces pero que no te provoca ninguna emoción.
12. Ahora cultiva bondad hacia una persona hostil. Alguien con quien tienes problemas actualmente. Muchas de las personas que cultivan bondad hacia una persona hostil, se dan cuenta de que dicha relación mejora.
13. En la quinta fase, cultiva bondad hacia ti, tu ser querido y tu enemigo al mismo tiempo.
14. Extiende tu bondad hacia fuera, hasta que llegue a todos los seres vivientes. Piensa en personas que vivan en diferentes ubicaciones del mundo y en sus actividades.
15. Una vez que hayas terminado la fase anterior, permanece sentado en silencio y reflexiona sobre tu experiencia meditacional.
16. Reanuda tus actividades del día. Ten presente que la bondad amorosa no sólo se cultiva en la meditación sino también en la vida diara.

Dato curioso: Metta, o bondad amorosa, es uno de los cuatro Brahmaviharas, o cuatro estados mentales inconmensurables.

viernes, 10 de julio de 2009

Laicos vs monjes

Hay varias diferencias marcadas entre la vida monástica y la laica como por ejemplo el sexo, las cabezas rapadas, los horarios fijos, dieta, etc. Pero las similitudes entre ambos estilos de vida superan las diferencias. Sé que mi maestro Lama Yeshe Nyima lee libros de Harry Potter y le encantan todo tipo de postres, hamburguesas de macdonalds, etc. Pero lo que me recordó lo similares que somos a estas personas con batas guindas fue el juego de softball anual que la Abadía Gampo lleva a cabo. Monjes budistas vs bomberos voluntarios canadienses.

Perdieron los monjes. Me pregunto si las togas limitaron su desempeño físico o el hecho de que carecen de actividades aeróbicas en su práctica (a excepción de los que son yoguis). En fin, ahí les dejo unas fotos provenientes de su blog.

Hails a la gente que disfruta la vida, monjes o laicos.


Vía Gampo Abbey Blog Spot

viernes, 3 de julio de 2009

Med tip of the day #3


Vive la vida.

Uno, sin darse cuenta, puede desgastarse en la meditación (sí, aún en la relajación, especialmente cuando uno es super distraido).

Medita y vive la vida. Medita y no medites. Haz otras cosas además de meditar. Mitad y mitad.

Eventualmente uno se da cuenta de que no hay diferencia entre meditar y no meditar. =)

martes, 30 de junio de 2009

Med tip of the day #2: teléfono Zen



Este me lo pasó mi amigo Carlos Nahum hace como un año:

Programa tu teléfono celular de modo que éste te dé un recordatorio de estar en el "aquí y en el ahora".

Como cualquier otra cosa, uno puede acostumbrarse al patrón recordatorio. Por lo que es necesario que cambies la hora del mismo de forma frecuente.

=D

lunes, 29 de junio de 2009

Med tip of the day



Esto surge de una mini conversación que tuve con el voli. Me contó de su falta de tiempo para meditar por que tenía que nadar.

Le dije: "Medita mientras nadas." A lo cual respondío con algunas pequeñas risas. Es simple: coloca tu atención en cómo entra aire y sale bajo el agua, las sensaciones de tus brazadas también sirven: fuerza muscular, temperatura del agua, sonido de tus brazos mientras entran y salen...

Todo sirve. ¿Para qué? Ps para interrumpir el torrente mental causante de todos tus relajos emocionales, mentales, angustiantes, etc.

Resultado: de 30 a 40 min. de libertad total.

jueves, 4 de junio de 2009

Bodhisattvas Not Dead


Noah Levine me recuerda todos esos inusuales momentos de prepa y universidad en los que pensaba "estoy demasiado enojado y eso se siente bien". Y digo inusuales porque por lo regular la ira para nada se sentía bien. Con frecuencia era causada por confusiones, soberbia, inseguridades, por todo tipo de sustancias legales e ilegales, basada en sadismos y ganas de sentirme superior por medio del daño a la gente y a mí mismo. La ira frecuente sin fundamento era un infierno.

Pero en raras ocasiones, esa gran emoción se sentía muy bien aunque no me daba cuenta de su cualidad positiva. Eran momentos en los que surgía una energía corporal y mental muy intensa que me impulsaba a hacer algo. Justo cuando me daba cuenta de la inmensa negatividad en mi interior y exterior, algo adentro me decía: "fuck this negative world, fuck this pain." Era mi clásica actitud antagonista.

Pero, debido a las costumbres, ese momento de lucidez energética se desvanecía. O eso pensaba.

Uno cambia cuando de repente piensa: "lo que sea...haré lo que sea con tal de parar este... ¿dolor?, ¿coraje?, ¿impotencia? Creo que es depresión agresiva, autodestructiva, antisocial, adictiva, combinada con hambre, hambre y más hambre por esa sensación placentera, ese efímero y resbaladizo alivio inducido de todas las formas posibles. Lo que sea con tal de que esta insuficiencia se acabe. Lo que sea con tal de no sentir esta... ¿cosa vacía?".

No sabía realmente qué era, lo que sí sabía era que algo estaba muy mal.

Luego entré a recuperación, rehabilitación, AA, libros de autoayuda, sponsors, padrinos, miles de tribunas, como oyente y como "tribuneador". Miles de 1eros pasos, segundos pasos, terceros pasos, intentos de 4tos pasos, "solo por hoy", chantings de oraciones de serenidad, síndromes de supresión por la falta de alcohol, falta de bares, falta de borracheras, falta de estimulantes, redbulls, ansiolíticos, falta de dinero, mucha conciencia que me impedía seguir robando dinero. Horas y horas de nada, días planos, días insoportables, ataques de ansiedad, de soledad, de "engentamientos".

Ataques de nada. De vacío. Y bueno, los ataques emocionales sin licor eran otra cosa... Ofrezco unas grandes disculpas a las personas que les tocó relacionarse conmigo en esos momentos de borracheras secas.

Y después de entrarle (de la mejor forma que pude) a eso de la espiritualidad de los 12 pasos de AA, como que llegó poco a poco la calma. Llegó de nuevo el vacío, pero ya no resultaba tan amenazante. Era espacioso. Abierto. Era... ¿tranquilo?

Busqué más respuestas. Conocí a otros autores que mencionaban una y otra vez la presencia, el estar atento, alerta en el aquí y ahora. Y de repente algunos mencionaban el vacío, pero se referían a éste de otra forma. Esa vez no le saqué la vuelta y me eché un clavado a ese estado (Advertencia 1: no se comprende en un día. Advertencia 2: una vez que vislumbras lo que es, no hay regreso).

Sucedieron insights sobre la realidad. Busqué respuestas a preguntas que surgieron después de esas experiencias. Encontré el budismo y todo cambió. Sigue cambiando.

Noah me recuerda a todos los alcohólicos que alguna vez fueron verdaderos hijos de puta con ellos mismos y con el resto de la gente que los rodeaba, y que pudieron realizar una transformación de personalidad. Me recuerda a individuos que enderezaron su forma de pensar. Lo más curioso es que dichas personas se dan cuenta de que en realidad no necesitas ser alcohólico o drogadicto para pensar chueco. El 99.99999% de las personas vive regido por defectos de caracter como soberbia, ira, envidia, celos, dramas, victimizaciones, "verdugo-izaciones", etc. Adicción o no, el 100% de los seres humanos sabe a lo que me refiero cuando menciono las palabras "insuficiencia" o "vacío existencial".

Pasó mucho tiempo para que me diera cuenta de que al entrar a recuperación, ingresé a otra realidad. A la verdadera. Por lo regular gente como Noah, como yo y como numerosos adictos en recuperación, no nos damos cuenta que desde la práctica del 1er paso de AA ("Admitimos que éramos impotentes ante las adicciones, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables"), uno entra al sendero del Dharma.

Noah ya escribió dos libros, fundó su programa de meditación basada en budismo y la ideología punk. Ayuda a gente en la carcel y da conferencias en diferentes ciudades. Acuñó la frase "Meditate and destroy", la cual obviamente se refiere a meditar y destruir toda la soberbia, agresividad, apegos e ignorancia en uno mismo.

Como es de esperarse, es odiado por los "punks anti-posers". Por los activistas radicales que ignoran por completo lo que significa el Sendero Medio o Madhyamaka (advertencia: only for those who don't hate philosophy). Criticado por los típicos ateos, nihilistas y agnósticos fanáticos que desconocen la existencia de cosas como Budismo Agnóstico. Despreciado por los que descalifican a los que hacen dinero responsablemente de enseñanzas espirituales (¿Cuándo les dejará de dar miedo las palabras "responsible profit"?).

En fin. Been there, done that.

Espero se den cuenta. Lo espero porque sé lo que es desgastarse diariamente por comprobar lo que vale uno. Cansa. Cansa mucho. Se hace pedazos uno y, de repente, también a los demás.

Claro, es más fácil señalar al que muestra mis defectos, que señalarme a mí.

Hail a mi maestro que me dijo que "lo que te choca te checa". Lo siento por los que nunca habían escuchado esas palabras (y que las acaban de comprender).

Pero bueno, después de un largo homenaje a este "fellow bodhisattva", una miniautobiografía de mi adicción y un rant de los que no han entrado al path for the fearless (que no es otra cosa que los 12 pasos 'reloaded' para la humanidad) les dejo aquí un videito de Noah y la liga a su sitio Dharma Punx.

Tschüss.

martes, 2 de junio de 2009

Lecciones de surfeo emocional


El desarrollo de la inteligencia emocional es como aprender a surfear. Todo depende de cómo usemos la intención y el significado en cada emoción, pensamiento y palabra. Si no sabes usar la intención y el significado, la ola emocional te arroyará completamente.

Alguna vez mencioné que en la vida, la intención lo es todo. Todavía utilizo mucho esa idea pero últimamente he optado por "el significado lo es todo". Realmente no hay mucha diferencia entre ambas aseveraciones.

Por un lado, la intención tiñe por completo nuestras acciones y obviamente los resultados. La intención genera una cualidad determinada en nuestra energía, en cada emoción, en cada pensamiento. Es como alterar el peso de nuestro cuerpo. Si la intención es inconciente de la ola emocional de uno mismo y de la de los demás, habrá desequilibrios sobre nuestra tabla de surf. Si la intención es plenamente conciente de la ola emocional de uno y de los otros, la energía de nuestras piernas se moverá naturalmente y en armonía en la ola emocional.

Cada palabra, cada movimiento, cada segundo, cada pensamiento, cada proyecto, si carece de una intención panorámica (que contempla la ola emocional de uno y de los demás), está condenado a perder el equilibrio y caer en el tsunami.

Por otra parte, el significado también lo es todo. Éste es como la fuerza de nuestros músculos cuando surfeamos. Si la intención de mi surfeo es consciente de la fuerza de la ola emocional, y del resto de las olas emocionales de las demás personas, podré usar la fuerza precisa. Aquí la fuerza precisa es dar el significado correcto a mis pensamientos, palabras y actos.

Si mi intención es inconciente, usaré significados cargados de energía equivocada. Resultado: pérdida de equilibrio y caída.

Para vivir en armonía, con naturalidad, es necesario aprender a surfear en la amplitud y la frecuencia de la ola. Es decir, otorgar la intención correcta y el significado correcto a cada suceso y acto en nuestras vidas.

¿Y cuál es la intención correcta? La que beneficia a todos, incluyendo a uno mismo. Es decir, la intención que está conciente de la ola emocional y del espacio del resto de los surfers y sus olas.

¿Y cuál es el significado correcto? El que se apega a la realidad y la verdad, es decir, significados acordes a las olas reales y no imaginarias. Los significados son la fuerza precisa de nuestros músculos para subirnos a la ola emocional de forma natural, dinámica y equilibrada. Si surfeamos una ola emocional imaginaria, la fuerza de nuestros palabras será la quivocada, la connotación energética de nuestros pensamientos será el equivocado. Si percibimos la realidad tal y como es, nuestras palabras, pensamientos y actos estarán cargados de la energía correcta y en armonía con el resto de las olas y demás surfers.

Now go hit the waves and learn to surf...