lunes, 12 de octubre de 2009

La enfermedad incurable


Cuando era niño, a los 5-6 años de edad, recuerdo que le dije a mi mamá que padecía de una "enfermedad incurable". Mi mamá con sorpresa y ternura me preguntó que si qué me sucedía. Le dije que la enfermedad incurable se llamaba "aburrimiento". Mi mamá sonrió y me ayudó a sentirme mejor con alguna canción, bromita o juego. Tiempo después el problema evolucionó y para solucionarlo recurrí a toda clase de entretenimientos, rellenos, contenidos, sedantes, enervantes y anestesias para evitar esa "horrible sensación". Después de años de ejercer mi escapismo de esa cosa vacía en mi interior (y exterior), acabé con una larga lista de adicciones a cosas tangibles e intangibles. Algunas de esas adicciones pudieron haberme matado pero al parecer mi karma no era tan culero.

Después de terapias, rehabilitaciones y procesos de recuperación de adicciones tuve una revelación. Estaba en casa de mi amigo Rodrigo y conversábamos sobre esa detestable sensación de insuficiencia. Le decía que, a pesar de que muchas cosas en vida habían mejorado, a pesar de que poseía muchas cosas que pensaba me harían super feliz, aún así me sentía incompleto. Rodrigo asentía y me compartía su experiencia similar a la mía. Después de esa conversación, me fui de casa de mi amigo y mientras iba en mi automóvil pensé: "¿y si dejo de luchar con el vacío? Tal vez, si lo acepte así como es, las cosas cambien". Reflexioné esa idea por varias horas y poco a poco llegué a una conclusión que cambió mi vida por completo: "si acepto el vacío existencial tal y como es, ya no estaré atado a tener que 'llenarme' con algo."

De ahí en adelante todo cambió. Obviamente en ese momento no tuve ninguna experiencia espiritual o mística. Sólo fueron reflexiones. Reflexiones que no dejaron de sonar en mi cabeza. Entre más ahondaba en esa idea, más tenía sentido su lógica. "Si ya no tengo que satisfacerme quiere decir que soy libre." "Si acepto el vacío ya no tengo que ser adicto a nada." Y así continué durante meses.

Después comencé a hacer las paces con la enfermedad incurable. A la larga, me di cuenta que la enfermedad incurable no era para nada una enfermedad. Rodrigo me dijo que J. Krishnamurti hablaba de un vacío. Leí su obra. Después leí a autores más contemporáneos (Tolle y Rubén Feldman). Comencé a vivir en ese vacío, a vivir en ese momento de nada. En enero de 2008 ingresé a una absorción meditativa y comprendí parte de la realidad fenoménica. Después de esa experiencia surgieron nuevas dudas y encontré respuestas en las tradiciones espirituales de la India y el este de Asia, especialmente en el Budismo.

Desde entonces no he dejado de promover los beneficios de vivir en esa "enfermedad incurable" que sentía desde niño.

Se han escrito millones y millones de páginas sobre esa vivencia a la cual llamo vacuidad. Pero en lugar de darles una larga y densa disertación filosófica al respecto, mejor les doy una lista de palabras que describen ese bendito estado de consciencia:

(algunas de las palabras que proporciono no existen en español)
Vacuidad es:

- Planicie
- Ordinareidad
- Momento llano
- Simplicidad
- Nada-eidad
- Primordialidad
- Rutina-reidad
- Lo previo a la sensación de estar incompleto
- Lo previo a las ganas
- Lo previo a los antojos
- Silencio del silencio
- Silencio dentro de los sonidos
- Transparencia dentro de los colores
- Transparencia de la transparencia
- Carencia de sensación dentro de las sensaciones
- Carencia de sensación dentro de la carencia de sensación
- Infinitud
- Primordialidad de todo
- Eso
- Eso del eso
- Cosa
- Inefabilidad
- Ahora
- Ahora dentro del ayer
- Ahora dentro del futuro
- Presencia
- Presencia dentro de la ausencia
- Quietud
- Quietud dentro de lo exaltado
- Etc...

Y para que no haya confusiones...

Vacuidad no es:

- Nihilismo
- Aniquilación del ser
- Anti-existencia
- Negación de toda la realidad
- Indiferencia
- Desconexión de la realidad
- Catatonia
- Represión de lo que sea
- Insensatez
- Muerte en vida
- Etc...

¿Queda claro? =)

Este post está inspirado en una conversación que tuve con mi madre hace unos días. Hablábamos sobre dejar de jugar a los papeles depresivos, a los dramas, a los corajes, etc. Cuando dejamos de jugar, poco a poco nos impregnamos de esa vacuidad, la cual es sumamente tranquilia, pacífica, flexible y relajante.

Para dejar de jugar e ingresar directamente a la vacuidad solo hay que prestar atención sin esfuerzo a lo que sea que esté dentro de nuestra percepción. Puede ser nuestra respiración, un sonido, una sensación, vamos... lo que sea sirve para arrullarnos y calmar lo que sea que tengamos que calmar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Alejandro!

Tengo unos dos meses leyendo tu blog y me gusta mucho, si mal no recuerdo llegué aqui por alguna referencia que hizo Volovan en su blog, te dejo uns saludo!

Claudia

Alex Serrano dijo...

Claudia: muchas gracias por tus comentarios y me da mucho gusto saber que mis posts te agradan! Un abrazo!

Carlos H. Mendoza dijo...

Pan eres la onda y tu blog está muy chingón... busca un editor para que lo publiques, a muchos les puede hacer un gran paro.. Felicidades y por aquí nos vemos... amigo del espacio... interior...

Alex Serrano dijo...

Muchas gracias por tus comentarios Le Nigné =) La publicación de mis textos viene en camino ;)

Anónimo dijo...

Hola Alejandro, Soy Maximiliano, acabo de leer Los Versos sobre los fundamentos del Camino Medio de Nagarjuna que me recomendaste hace ya tiempo (es bastante difícil, voy a leerlo varias veces mas), sólo pude conseguir el de Kairós porque el de Ciruela está agotado aquí, también he leído un libro de D.T. Suzuki "La Doctrina Zen Del Inconsciente" (Zen doctrine of no mind, no mente, no pensamiento, inmentalidad, etc.)me parece tremendo lo que dice sobre el "Gran Vajra" y la inmentalidad y desapego absolutos.
No puedo encontrar tu e-mail, por favor escríbeme a maxdiaz62@gmail.com
un abrazo