domingo, 13 de diciembre de 2009

Usa el veneno


Ayer platicaba con mi novia sobre la tristeza. Conversábamos sobre las miles de razones para estar triste en estos días. Es sabido que las epocas navideñas a veces están cargadas de alegría y otras veces de dolor. Pero en este caso, el dolor es bueno. De hecho, cada emoción horrible que podemos sentir es, en esencia, una fuente inimaginable de sabiduría. Uso la palabra "inimaginable" sin titubeos, cada sentimiento doloroso encierra la llave para despertares que tienen el poder de cambiar nuestras vidas para bien.

No quiero decir que sólo las emociones negativas son la puerta hacia un estado de paz y dicha. La disciplina es común en grupos monásticos, en cuarteles del ejército, en las oficinas corporativas de algún conglomerado, en las escuelas, iglesias u hogares. La disciplina sirve para cultivar una conducta saludable. Pero también tenemos a nuestro alcance, en los estados dolorosos o dañinos, oportunidades para cambiar nuestros hábitos nocivos a hábitos saludables.

¿Qué estados negativos podemos usar para evolucionar? Todos. Ira, celos, depresión, culpa, soberbia, indiferencia, deseo nocivo, distracción, autoconmiseración, codependencia, miedo, etc.

Algunos dirán, "seguro hay truco". Sí, sí lo hay. Hay dos trucos. Los requisitos para usar los venenos para sanar son:
1) Una inmediata e instantánea motivación por beneficiarnos a nosotros mismos y a los demás. A esta actitud le llamaré motivación carente de ego.
2) Una disposición por sentir lo que sea que tengamos que sentir. A esto le llamaremos Apertura sin miedo.

Sin esos dos componentes, sin duda nos haremos daño. Ambos requisitos crean un estado que transforma al instante cualquier negatividad. Es una decisión. No hay necesidad de ingresar a experiencias sublimes o místicas para adoptar esa actitud. No hay necesidad de ingresar al espacio divino o a la vacuidad pura y clara para tomar esa decisión. O la tomas o no. No importa qué tan confundido estés o qué tan inconciente seas. Puedes escoger adoptar esa actitud en este instante o no. No se trata de actuar bien o mal. Correcto o incorrecto. Adoptar o no esa motivación es tan arbitrario como lanzar una moneda al aire. Puedes tomar esa decisión ya, sin titubeos. Ahora los venenos y sus beneficios:

Tristeza
Como dije al principio, las razones para estar triste no tienen fin. Aún después de navidad, si buscamos más, las encontraremos. Pero el dolor de este tipo es señal de que poseemos la capacidad de ver las cosas tal y como son. La tristeza profunda, dentro de su corazón, es alimentada por conciencia y verdad. Ese dolor que sentimos por todo lo que "no está bien" es un deseo infinito por evolucionar. La tristeza es buena, en esencia, es compasión genuina y amorosa. La tristeza es un corazón abierto y listo para derramar toda su sangre para el mundo entero. Al adoptar la motivación carente de ego y la apertura sin miedo, la tristeza es una fuente inagotable de comprensión y sensibilidad. La vulnerabilidad innata a la tristeza es una expresión genuina de cero resistencias, cero violencia, cero intermediarios, cero protecciones, etc. La tristeza pura, libre de egocentrismo y preferencias, es amor sumamente intenso, abierto y 100% conectado con el universo entero.

Ira
Nada como la ira para destruir todo lo que hemos construido y sanado. Pero al pasarla a través del filtro de la motivación carente de ego y la apertura sin miedo, la ira se transforma en un movimiento que diluye cualquier apego. La ira, al analizarla cuidadosamente, es energía que empuja. Es un dinamismo que desea alejar y separar lo más que se pueda. Cuando aparece, la energía de la ira sólo tiene un objetivo: distanciarse lo más que pueda de lo amenazante. Entonces, mientras sucede una riña entre nosotros y los demás, podemos tomar la decisión de adoptar la motivación carente de ego y abrirnos a sentir sin miedo. En ese momento, la ira se transforma: Esa tendencia a empujar, al no tener un apoyo egocéntrico y preferencias, se queda sin piso. Se queda sin un soporte. Ello provoca que la energía comience a empujarse a sí misma como un cohete a propulsión, hacia todas las direcciones, como un globo que se desinfla a toda velocidad. Una vez que esa energía se desinfla a sí misma lo que queda es espacio abierto y pacífico. Cool, huh?

Paranoia
Este suceso también es conocido como necedad, visión angosta, limitada, inflexibilidad, telaraña compulsiva, etc. Antes de la motivación carente de ego, la paranoia es como una imposición de un sistema social de un dictador. No se pueden cambiar las reglas. Las cosas son así y punto. Uno actúa de una sola forma. La paranoia es como un lente que sólo puede observar desde una sola óptica. A pesar de que el universo entero cambia de colores de forma constante, al vivir regidos por la paranoia, nuestra visión sólo puede contemplar al mundo de un solo color. Después de la motivación carente de ego y la apertura sin miedo, la paranoia se percibe como perseverancia. Esa energía necia e inflexible, ahora ya no tiene un punto de vista donde apoyarse, por lo mismo, comienza a ser necia en todas las direcciones. Se transforma en acción pura la cual se manifiesta en actos perseverantes. Es una necedad sin ego y, por lo mismo, es una necedad que beneficia. Es una acción perseverante que no defiende ninguna postura. No hay enemigos, sólo hay acción.

Antojo

En los grupos de recuperación de adicciones, el antojo es un verdadero peligro. Es lo que desata una recaída en el alcohol, drogas, sexo irresponsable, apuestas, peleas, victimización, etc. El antojo es el paso previo a la alimentación de adicciones. El antojo es consumo potencial. El antojo es apego por sensaciones o por fantasías mentales. No obstante, al usar una óptica libre de ego y libre de miedo a sentir lo que sea, la energía presente en el antojo es energía que consume todo lo que hay en el universo. Ese fuego inherente al antojo es fuego que no es selectivo. No hay preferencias. El consumo, de nueva cuenta, es en todas las direcciones. Entonces, cuando aparecen las ganas de consumir, ya sea enervantes o a las personas (por medio de ira o soberbia), podemos optar por sentir sin miedo esa energía y dejar que se consuma a sí misma. Devora nuestras ganas de pelear, nuestras ganas de sentir euforia, nuestros deseos de comprar, nuestros pensamientos y emociones. Al hacer esto, sin proteger nada, el deseo se consume a sí mismo y lo que queda es libertad de adicciones.

Dejaré el resto de los venenos para otros posts. De lo contrario éste será muy largo. Por lo pronto ya tenemos perspectivas nuevas para trabajar con la tristeza, ira, paranoia y antojo.

2 comentarios:

Fidel J. Castro dijo...

Me gusto muchisimo este post!

Alex Serrano dijo...

oh exclente! =) gracias por comentar